domingo, 27 de septiembre de 2009

Hazme tuyo otra vez


Tierna encantadora de hombres,
me haces sentirme un Dios,
desapareces mis temores,
y al amanecer besas un adiós.
Noche eterna llevadme por tus senderos,
acompáñame a disfrutar esa piel que me desea;
se junto a la luna y las estrellas mi testigo,
de todos los lugares a los que iré.
Tómame entre tus brazos y conduceme por el cielo,
déjame un rato en las estrellas y regresa por mí,
para devolverme la mañana llena de sol y luz,
y extrañarte para que me vuelvas a raptar.
Y así comenzar a vivir con ella y por ella,
devorarme su cuerpo entre tu oscuridad,
acariciar su pelo al tomarla en piel,
amar sus piernas que me llevaran a ti.
Estar dentro de ella y hacerla gozar,
como tu amante final de cada mañana,
transfórmate en mujer para estar a tu lado,
mostrarte el placer y no compartirte con nada.
Róbate mi alma como un sueño de nunca despertar,
envuelveme en tu dicha de pasión y placer,
muéstrate como niña delicada inocente,
conviértete lentamente en mujer.
Después de que se esconda el sol,
déjate ser tú como un sueño,
hecho realidad hasta la mañana,
regresa después del ocaso,
y hazme tuyo otra vez.

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